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Saturday, January 05, 2013

ReDeco, Revista electrónica del Derecho del consumo y la alimentación, nº 31, 15-26


 
Derecho alimentario: la información del consumidor
 
 
Dr. Carlos Barros Santos
 
       Empezaremos resumiendo los puntos o los focos donde se genera la información sobre la alimentación y la nutrición y así nos encontramos con:
 
§  El empresario
§  El científico
§  Las Instituciones de la Administración
§  El publicista y/o el periodista
 
Esta información debe ir dirigida a otro grupo de receptores.
 
Si bien el Consumidor es el principal receptor de la información alimentaria y, por lo tanto, el protagonista fundamental no debemos olvidar al resto de los intervinientes que van a tener su parte de responsabilidad en aquella información y precisan, por ello, estar formados:
 
·               Productores (agrícolas, pecuarios, piscícolas, otros).
·               Industriales (procesos tradicionales, procesos nuevos).
·               Almacenistas (durabilidad, conservabilidad, etc.) 
·               Distribuidores.
·               Transportistas.
·               Comercializadores
 
           ¿ Por donde le puede llegar la información al consumidor ?
 
×   Por la publicidad.
×   Por Carteles.
×   Por medios de comunción
 
·    Periódicos.
·    Revistas.
·    Radio.
·    Cadenas de televisión.
 
×   Por páginas electrónicas de Empresas, Asociaciones, Fundaciones, etc.
×   Por Internet.
×   Por Faxes.
×   Por correo postal.
×   Por llamadas telefónicas.
×   Por las Asociaciones o por las Instituciones de la Administración
×   Por las etiquetas.
-             Datos obligatorios.
-             Alegaciones voluntarias.
 
             ¿ Qué impacta al consumidor ?
 
×   La aceptabilidad organoléptica, valorada por él en el tiempo.
×   El precio.
×   La confianza en la marca, de la Empresa fabricante o del establecimiento comercial.
×   Las distintas variables de promoción  y su colocación en el establecimiento.
×   La confianza y la comprensión de los textos de las etiquetas.
×   La información complementaria a todos los niveles (alegaciones nutricionales, metabólicas, fisiológicas y/o ambientales).
×   Los regalos.
×   Algunas veces la “Magia” o la “Ilusión.
 
         ¿ Qué domina en ésta información ?
 
·         La veracidad.
·         La claridad.
·         La seriedad.
·         El deseo de vender.
·         La farsa científico- comercial.
·         La explotación de la ilusión y la esperanza del consumidor.
·         Los datos científicos no completos o especialmente dirigidos, con una perspectiva comercial.
 
·               ¿ Donde predominan los engaños o la tomadura de pelo al consumidor ?.
 
×   Alegaciones y datos pseudocientíficos (Dietas mágicas).
×   Alimentos funcionales (Concepto relativamente nuevo).
 
Ejemplos:   
 
×   Suero lácteo.
×   Zumos especiales (para esperma masculino y partes pudendas femeninas).
×   Cápsulas de vinagre de manzana.
×   Jamón sin sal.
×   Galletas sin azúcar.
×   Dietas especiales.
 
×   Otros complementos.
 
×   Las tarjetas especiales para sanear alimentos.
×   Adelgazamiento en 5 kg por consejos transmitidos por fax.
×   La jarra, collares, pulseras magnetizadas que mejoran bebidas.
×   Las camisas aromatizadas.
×   Sistemas para el  alargamiento o el endurecimiento del pene.
 
               Otras consecuencias.

Es muy posible que, según estudios recientes, los trastornos de la conducta alimentaria en España sean consecuencia del impacto de la difusión de alegaciones nutricionales en los alimentos y de imágenes corporales en revistas ligadas a la información alimentaria sín claro respaldo científico. Así nos encontramos con estas cifras:
 
 
 

EDAD

MUJERES
VARONES
 
Transtornos de la conducta alimentaria (TCA)
 
 
12 a 21 años
 
5 %
 
0,5 %
 
Bulimia nerviosa (BN)
 
 
12 a 21 años
 
2,3 %
 
0,2 %
 
Anorexia nerviosa
 
12 a 21 años
 
0,11 %
 
0,0 %
 
 
Este es un tema que precisa más estudios.
 
Sistemas de comercialización
 
Es evidente que la evolución de los sistemas de comercialización de los productos alimenticios también influye en la tipología de la información. Así nos provocan nuevos criterios los siguientes sistemas de comercialización que hoy son una realidad:
 
    El trueque.
    La tiendas de ultramarinos y otros establecimientos específicos (carnicerías, pescaderías, hueverías, fruterías, panaderías, heladerías, etc) y su evolución.
    Las Galerias de alimentación.
    Los Supermercados.
    Los Hipermercados.
    Los grandes centros de distribución.
    La distribución de congelados (Platos preparados,  helados y productos de pastelería) a domicilio.
    La expedición a través de máquinas automáticas mediante monedas o tarjetas específicas.(Estas máquinas no venden, dispensan).
  Las ventas por catálogo (por teléfono, a domicilio, en tiendas de TV, por correo, por “Leassing”, etc).
─  Las ventas por Internet.
 
Beneficios y riesgos de la alimentación
 
La alimentación es un acto y una función, necesarios o imprescindibles, para el nacimiento, el desarrollo, el mantenimiento de la vida, tanto material como psíquica, y el alcance del bienestar social.
 
La alimentación nos ofrece, en todas las fases de la vida, beneficios y riesgos.
 
Los beneficios nos los aportan, el aspecto o las características de los alimentos en si, los procesos o rituales para confeccionarlos o servirlos, la sensación de bienestar, de alegría, de placer, de satisfacción que nos proporcionan y el valor nutritivo, que transmiten, a nuestro organismo y a sus funciones, las características energéticas o plásticas necesarias, en cada caso y en cada momento.
 
Los beneficios de la alimentación son, fundamentalmente, inherentes a las características genéricas del alimento, que todos conocemos ya.
 
Deberíamos dedicarnos, con mayor énfasis, a conocer y difundir las especificaciones de los alimentos que nos van a caracterizar los calificativos de “Apetitoso”, “Fruitivo” en su caso, “Nutritivo”, “Creador de la sensación de saciedad”, “Sano” e “Inocuo”, aunque los dos últimos marcan la frontera de la presencia de los riesgos. Olvidamos que la “Alimentación”, como fase previa de la nutrición, es una función ligada al placer, a la satisfacción, a la alegría, al bienestar y generamos, en su ámbito, un ambiente de temor, de sospecha, de inestabilidad, de engaño, de fraude, de riesgo o de peligro.
 
¡ NO DEBE SER ASÍ !
 
Hoy vamos a ocuparnos aquí de una pequeña parcela de ese “Malsano paisaje alimentario”, donde nos pueden llevar los agoreros, los que manipulan la información, destacando lo negativo, y no hablando de lo positivo de la alimentación y de los alimentos.
 
Los riesgos de alteración o disfunción, de enfermedad aguda o crónica, de toxicidad o de envenenamiento para el hombre o los animales, pueden surgir de los alimentos o de la disposición específica de aquellos.
 
En el mundo de la alimentación nos vamos a encontrar con una serie de agentes o principios activos o disfunciones que, por acción directa o indirecta, van a dar origen a procesos perturbadores de la salud del consumidor:
 
·               Componentes naturales de productos alimenticios (CINa, determinados ácidos grasos, fibras, alcaloides, etc).
·               Factores anatómicos, fisiológicos o bioquímicos, en el hombre o los animales que impiden o alteran  la metabolización de determinados productos alimenticios (diabetes, fenilcetonuria, carencia de enzimas, hipertensión, enfermedad celíaca, etc).
·               Porcentaje de alcohol de bebidas alcohólicas y volumen de frecuencia de consumo.
·               Materias extrañas (alas, patas y fragmentos de insectos, pelos y heces de ratón, piedras, arena, trozos de madera, restos de vidrio, metálicos o de plásticos, chapas, papeles, etc.).
·               Sustancias extrañas:
 
                   Aditivos no autorizados.
                   Aditivos autorizados empleados a dosis superiores de las sanitarias y tecnológicamente recomendadas.
 
·               Parásitos.
·               Toxinas naturales:
 
                   Micotoxinas.
                   Saxitoxinas.
                   Otras toxinas.
 
·               Toxicos o venenos incorporados voluntaria o accidentalmente..
·               Radioactividad.
 
·               Residuos de:
 
                   Metales pesados u otros minerales.
                   Plaguicidas.
                   Detergentes, desinfectantes, desinsectantes y raticidas.
                   Sustancias anabolizantes y hormonas.
                   Antibióticos.
                   Disolventes.
                   Materiales en contacto con los alimentos (envases y equipo).
                   Aceites minerales.
 
·               Interacción con medicamentos.
 
·               Modificaciones por procesos tecnológicos (biotecnologías, presencia de ácidos grasos trans, etc).
 
·               Agentes  microbiológicos (Salmonella, Shigella, Brucella, Estafilococos, Clostridium botulínico y perfringens, B. Cereus, Estreptococos, Listeria monocitógena, determinados virus, etc).
 
Estos procesos perturbadores de la salud del consumidor, los podremos resumir en cinco epígrafes:
 
×   Intoxicaciones alimentarias (de cualquier origen).
×   Toxiinfecciones alimentarias (las de origen infeccioso).
×   Receptivilidad o antagonismos específicos, disfunciones orgánicas o metabólicas (fisiológicas o bioquímicas) del consumidor.
×   Inadecuación de la dieta a las características del sujeto (excesos, déficits, descontrol nutritivo, hiper o hipo vitaminosis, recomendaciones minerales o de otros componentes- lecitinas, fibras, ácidos grasos omega- 3, extractos vegetales con pseudo acción terapéutico-metabólica, estimulante, virilizante o corrector de volúmenes, diámetros, tendencias, etc., de partes del cuerpo o evitantes de la caída del cabello o de la fragilidad de la uñas, etc.).
×   Intoxicación psicológica (de origen informativo, de manipulación dirigida de la alimentación con fines lucrativos para terceros).
 
Cualquiera de estos temas es materia de seminarios, coloquios, jornadas, etc., aunque mi intención solamente pretende que meditemos, para el futuro, sobre la conveniencia de que hablemos de los alimentos para acreditarlos y aumentar así la confianza del consumidor en una información científicamente respaldada.
 
El 90 % de los problemas señalados se corrige con higiene, con información clara y puntual, con responsabilidad solidaria y compartida, con códigos de buena práctica, con poco reglamentarismo y con confianza en unos servicios públicos, competentes y dotados de medios adecuados a cada caso.
 
      Sistemas de información para el consumidor
 
        Los sistemas de información para el consumidor están basados fundamentalmente en los siguientes puntos:
 
·               El etiquetado
 
  Obligatorio (datos inexcusables).
 
  Facultativo.
  Nutricional.
   Alegaciones de diverso tipo.
 
·               La Publicidad.
·               Las revistas y otros medios de comunicación.
·               Los sistemas de formación dirigidos por la política gubernamental.
·               Las Asociaciones u Organismos de diferente tipo.
 
Ni en las Escuelas, Institutos, Universidades u otros Centros de formación se enseña, seriamente y con responsabilidad, todo lo que se relaciona con la sanidad, la saludabilidad, la inocuidad, lo natural, lo transformado, lo industrial, lo idóneo lo autentico y lo funcional. Se discute, o a veces se niega, la tradicionalidad, buscando la justificación de ésta conducta por razones económicas, sociales o incluso religiosas, geográficas e históricas.
 
Los que éramos responsables de la ordenación alimentaria y, en su seno, de la seguridad alimentaria hace unos cuarenta años, nos encontramos hoy, algo desconcertados por la evolución de la información y la localización de los respaldos científicos de la misma:
 
·         El Instituto del Huevo.
·         El instituto del Cacao y del Chocolate.
·         El Instituto Danone.
·         El Instituto Flora.
·         El Instituto Omega – 3.
·         El Instituto Bollicao.
·         La Fundación de la Remolacha y el Azúcar.
·         La Fundación del Dulce y la Salud.
·         La Federación o Fundaciones para la Investigación del Vino.
·         La Federación de la Cerveza.
·         Los múltiples Consejos Reguladores de los diferentes productos DO, DG, DC, DT de Agricultura Integral y sus certificaciones.
·         Entidades como CLARA, ANFACO y otras dedicadas a Sectores específicos.
·         Asociaciones de Dietética, Nutrición, Pediatría, Odontología, Gastronomía, etc.
·         La Sociedad Española de Nutrición y Bromatología Aplicada (SENBA).
·         Los defensores de  la Dieta Mediterránea, de la Dieta Atlántica o de la Dieta Cantábrica.
·         La Fundación Triptolemos.
·         El Foro Alimentario.
·         El Instituto Pascual.
 
Puede que en la actualidad haya más que no nos hemos parado a identificar.
 
Todos ellos se ocupan hoy de difundir, entre los consumidores, con el apoyo de científicos (?), lo que les conviene y son hoy una clara sustitución de la labor que antes tenían encomendada los Laboratorios e Institutos oficiales entre los que destacaban los del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, los de las Universidades, los de algunos Ministerios e incluso los de  algunos de los Municipios.
 
Esta situación tampoco es original de nuestro país, es más bien una tendencia a aceptar todo lo que han venido haciendo, hace bastantes años, USA y Japón, por imposiciones económicas y comerciales dentro del concepto de globalización tan explotado en nuestro tiempo.
 
·               Son fundamentales las indicaciones obligatorias en las etiquetas, que se pueden resumir en estos once puntos:
 
1.    La denominación de venta.
2.    El estado físico del producto y/o su tratamiento.
3.    La relación de ingredientes.
4.    El contenido neto.
5.    La fecha de consumo preferente o de caducidad, en su caso.
6.    Las condiciones especiales de conservación y de utilización.
7.    El modo de empleo.
8.    El responsable del producto en el mercado y su domicilio.
9.    La indicación del lote.
10.     El país de origen, en el caso de país tercero.
11.     Otros datos, que exigen Disposiciones específicas, como el grado alcohólico, productos congelados que se pueden vender descongelados, trazabilidad, etc.
 
·               El consumidor selecciona los alimentos valorando los siguientes factores (ordenados según el % de los compradores consultados en su día):
 
×   Sabor                                                  88 %
×   Nutrición                                             75 %
×   Seguridad del producto                      71 %
×   Precio                                                  66 %
×   Almacenamiento                                 43 %
×   Tiempo de preparación                       36 %
×   Fácil de preparar                                 33 %
 
·               El consumidor, hoy, y parece ser en el futuro, a la hora de seleccionar y elegir un alimento o producto alimenticio, va a fijarse, primordialmente, en los siguientes factores:
 
   La imagen.
   Las características organolépticas que atraen al consumidor (Previamente habrá que realizar un estudio de los “Gustos” del consumidor).
   Estas características enmarcaran la aceptabilidad y su permanencia.
   El prestigio de la marca.
   La continuidad en sus características y en el mercado.
   La responsabilidad del fabricante.
    Influye, de forma importante, la disminución del coste y la facilidad del manejo o del uso.
 
EL ARTE DEL BUEN VIVIR
 
He ojeado estos días la recopilación de más de 65.000 refranes efectuada por Luis Martínez  Kleiser (1989, editorial Hernando) y me he detenido en la pequeña muestra que, seguidamente, recojo:
 
q  Hasta morir todo es vivir.
q  Vivir es sufrir.
q  Cada uno vive como puede o como le dejan vivir.
q  Harto sabe quien vivir sabe.
q  Poco es vivir y mucho saber vivir.
q  Vivir y no medrar es gran pesar.
q  Goza de tu vida que la vida es un trís.
q  No es dichoso el que lo parece sino el que por tal se tiene
q  Dichoso será el que pueda, no el que quiera.
q  La salud sobra a quien la dicha falta.
q  Come bien, bebe mejor, mea claro, pee fuerte y cágate en la muerte.
q  Cuatro cosas has de procurar: salud, saber, templanza y paz.
q  Con salud y la bolsa llena ¿Quién dijo penas?
q  Salud, amor y hogar, traen el bienestar.
q  Salud y alegría, belleza cría, atavío y afeite cuesta caro y miente.
q  Alegría ten y vivirás bien.
q  La alegría alarga la vida.
q  Quien vive alegre hasta fortuna tiene.
q  La cara más fea la alegría la hermosea.
 
Natalia Escalada me pidió que hiciera una pequeña entrada para un dossier que publicó recientemente la revista Tribuna. Las frases populares, que antes cité me sirvieron de motivo para pergeñar unos cortos pensamientos que hoy recojo íntegros en este documento:
 
·         Parece ser indiscutible que el surgir al mundo es “Vivir”.
·         El concepto “Vivir”, y su valoración, positiva o negativa, son eminentemente subjetivos.
·         Generalmente la vida del ser humano emerge de la conjunción del amor, del placer y de la caricia con el sincronismo fisiológico de los sexos.
·         Una vez en el mundo, nuestro paso por él, va a verse sometido a quiebras permanentes de la armonía, de la solidaridad y del orden. Estas quiebras pueden presentarse en nuestro equilibrio bioquímico, en nuestra vida de relación o en las circunstancias ambientales, de origen natural o provocadas, que van a rodearla.
·         Por todos los medios buscamos encontrar los mecanis­mos que nos devuelvan la armonía. el equilibrio y Ia solidaridad orgánica y fisiológica que supuso el impac­to de los potentes generadores que nos dieron la vida.
·         La salud, Ia alegría, el amor, e1 placer, la felicidad, la belleza, el bienestar, e1 respeto mutuo, la libertad, la templanza son algunos de los ingredientes del buen vivir que no es lo mismo que el bien vivir.
·         Con una formación alimentaría, exacerbada por la vocación y la afición analítica y ordenadora del Sector, fundamentalmente en e1 ámbito de la sanidad y la higiene, me gustaría que todos reflexionáramos seriamente sobre lo fundamental que resulta, en e1 buen vivir, e1 equilibrio de nuestra dieta alimentaria, la variabilidad en los alimentos a ingerir, la moderación y sobre todo la satisfacción del comer con alegría, con placer, sin temores de fantasmas patológicos, toxicológicos o alterantes de nuestro fisiologismo.
·         En la ínfoгmación y en la formación del ciudadano, del consumidor, con el etiquetado (oblígatorío, facultativo, nutricional, ecológico, etc.), y la publicidad estamos generando «Ansias», «Stress», «Temores», «Remordimientos», «Falacias», «Camelos», «Depгesíones» , «Manipulaciones» e incluso «Desconcierto».
·         Las campañas sanitarias de prevención (enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad, caries, etc.) y las de fomento del consumo, dentro de una válida política alimentaria, deberían ser de signo positivo para que la expresión de felicidad siguiera existiendo durante el acto de comer y no enmarcarlas, como se hace ahora, con datos negativos y angustiantes.
·         Deberíamos ocuparnos de que los servicios ofíciales de control fueran competentes y eficientes y escribir menos datos ininteligibles, para la mayor parte de la gente, en las etiquetas y promociones explicativas.
·         La intención del dossier de Tribuna iba dirigida a orientar al lector hacia el camino del buen vivir, la mía, a través de la presentación (algo recortada por razones de espacio) era pedirle que meditara sobre los ingre­dientes caracterizantes de su vida y si, en su intimidad, conseguía dibujar en su rostro una sonrisa serena podría darse cuenta de que sus pasos iban bien orientados.

 

Hoy, al repetir aquellos pensamientos, quisiera recorda­ros lo importante de la alegría para «Comer» y en consecuencia para «Vivir».

 

 

 

 

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